lunes, 13 de abril de 2009

A veces ardo...

Un escalofrío recorre mi cuerpo mientras un dedo roza mi boca. Algo dentro de mí cruje, y se retuerce el animal que llevo dentro. Oigo sus aullidos luchando por salir de mi cuerpo y proyectarse sobre ti. Siento cada poro y cada esquina de mi piel cuando la dibujas con tus fuertes y bellas manos. Estallo en mil pedazos que tú vuelves a juntar en un abrazo interminable que no termina de abarcarme nunca. Siempre me sorprendo con mirada perdida y sueños que pertenecen a personas mejores que yo. Una bombilla desnuda es testigo de mis pensamientos mientras busco tu pelo a tientas, entre el sudor, el tiempo y la suciedad que deja el polvo sobre las cicatrices calientes. Movimiento. De nuevo se presenta ante el mí el misterio de una hoguera cuya llama desconozco. Un círculo de incógnitas que se convierten siempre en una: un beso, tan largo como el horizonte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

lunares