martes, 24 de marzo de 2009

Fragmento 1.1

Bermellón cogió las llaves, salió, bajó al garaje y arrancó el coche. Frenó, una belleza cruzó el paso de peatones, no miró. La gente no era mas que figuras que debía sortear para continuar su marcha. Los edificios, meras montañas que flanqueaban su mirada, apenas si en su horizonte. Primera, segunda, tercera, cuarta y quinta. Por fin había dejado atrás esas malditas luces amarillas, la carretera apenas si se dibujaba bajo las luces del Ford Fiesta rojo que iluminaban las señales a su paso, nada mas que eso, señales, nada mas.

1 comentario:

  1. quizás las personas se dividan entre las que saben interpretar las señales y las que pasan de largo. Bermellón es un color, ¿no? Encantado de leerle por aquí, señor William.

    Janis

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