Un acorde rasgado inicia el proceso. Nos dedicamos a todo menos a lo que deberíamos hacer. Sin prisas, con una metodología estudiada y a la vez intuitiva, lasciva, que abre nuestras venas y nos muestra el camino.
Una pupila inconstante se para un momento en mí, en mi cuerpo, en mis ojos, en el centro del universo; y es entonces cuando un rayo de luz me atraviesa por completo sin destruirme. Me agota y refuerza a la vez, como un ejercicio sano y cansado que rutinariamente nos va creando un agujero. Miro por él y no te veo a ti, ni a mí, ni a ningún ignoto país. Descubro el campo azul del cielo extenso e infinito ante mí, ante las dudas. Ante la certeza de saber que la seguridad no existe y que el amor, en la mayoría de sus manifestaciones, es sólo un pretexto.
Una pupila inconstante se para un momento en mí, en mi cuerpo, en mis ojos, en el centro del universo; y es entonces cuando un rayo de luz me atraviesa por completo sin destruirme. Me agota y refuerza a la vez, como un ejercicio sano y cansado que rutinariamente nos va creando un agujero. Miro por él y no te veo a ti, ni a mí, ni a ningún ignoto país. Descubro el campo azul del cielo extenso e infinito ante mí, ante las dudas. Ante la certeza de saber que la seguridad no existe y que el amor, en la mayoría de sus manifestaciones, es sólo un pretexto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
lunares